sábado, 29 de agosto de 2015

Bahía Thetis
Ubicada en Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur . Bahía Thetis (o Bahía Thetys) es un paraje y localidad despoblada del departamento Ushuaia, en la península Mitre, en el extremo sudeste de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, en la costa de la bahía del mismo nombre del mar Argentino del océano Atlántico. Se encuentra localizada en las coordenadas: 54°3841S 65°1503O
En 1889, se instaló la subprefectura «Bahía Thetis» de la Armada Argentina que permanecería activa hasta 1896, año en que fue traslada a Río Gallegos.2 Aquí también se instaló un refugio de la Misión Salesiana de José Fagnano. La casa de la prefectura y el refugio salesiano aún se conservan en buen estado.
Fue el asentamiento que le dio el nombre al departamento Bahía Thetis, que existió entre 1904 y 1970.
Factoría lobera
Entre 1946 y 1952 existió la factoría lobera «Bahía Thetis». Actualmente permanecen algunas de las casas y galpones en estado de abandono, y solo una de ellas se mantiene en buen estado de conservación a modo de refugio, gracias a quienes frecuentan el lugar. En aquel refugio se conservan cuadernos de firmas históricos, que datan de la década de 1960.3 También se encuentran restos del viejo embarcadero.
La factoría se dedicaba a la caza de lobos marinos y fue propiedad de empresa SADICCAP5 y de la la familia Seefeld, de origen alemán. La factoría se dedicaba a la venta de la piel y procesar la grasa para la industria del curtido y la lubricación de maquinarias pesadas. Los lobos eran arreados desde el cercano cabo San Vicente.
Dicha familia, también tenía la explotación en Puerto Español en la Bahía Aguirre. La familia, sus socios y los primeros pobladores llegaron cuando el entonces presidente Juan Domingo Perón intentó que pioneros se instalaran y realizaran una actividad productiva en la isla Grande de Tierra del Fuego.
El sitio fue abandonado por la caída del precio de la piel de lobo marino que compraba en cantidad China y por las pocas ventajas competitivas respecto de otros mercados. En el año 2005 un grupo de expedicionarios hallaron miles de cueros de lobos marinos abandonados en cercanías de la factoría tras su cierre. También se mantienen hasta la actualidad, los huesos de los lobos cazados.
Geología

El sector de los Andes fueguinos en las costas de la bahía, poseen Fangolitas, turbiditas arenosas y conglomerados del Maastrichtiano, como así también una gran cantidad de ammonites y foraminíferos. Esta zona se originó durante el lapso Cretácico tardío - Cenozoico (Paleógeno) y se reconocen tres formaciones.









sábado, 22 de agosto de 2015

Puerto Almanza…al Sur del Sur.
Tiene veinte habitantes, sólo tres mujeres, un kiosco y está a 75 kilómetros de Ushuaia. El primer asentamiento fue en 1966 con un destacamento de la Prefectura, pero recién en el 91 llegaron los primeros pobladores civiles. Y diez años más tarde, con la crisis de 2001, se establecieron algunos pescadores que construyeron ahí sus cabañas. Conozca el pueblo que está naciendo en uno de los últimos rincones del país.
En el fin (o el comienzo) de la patria Vista de la bahía donde amarran sus barcos los pescadores de Puerto Almanza. El destacamento de Prefectura fue instalado en 1966 para controlar la navegación y la pesca en el lugar. Arriba, los enviados de GENTE a bordo del guardacostas Canal Beagle.
En el fin (o el comienzo) de la patria Vista de la bahía donde amarran sus barcos los pescadores de Puerto Almanza. El destacamento de Prefectura fue instalado en 1966 para controlar la navegación y la pesca en el lugar. Arriba, los enviados de GENTE a bordo del guardacostas Canal Beagle.
El viento –que pronto es lluvia, que pronto es nieve, que pronto vuelve a ser nada más que viento– nos golpea la cara hasta casi tirarnos de la cubierta del guardacostas. Hay que agarrarse fuerte de las barandas para cruzarla sin patinarse hasta el puente de navegación. El paseíto no nos ha durado ni dos minutos: no abrigarse lo suficiente puede convertirse en una experiencia cercana a la muerte…
Es la madrugada del jueves 22 y esta noche, parece, las aguas del Canal de Beagle estarán más que revueltas. Hay viento del sudeste. El barco avanza a nueve nudos a través de la penumbra, rumbo al este. El ayudante de primera Nicolás Carrizo, timonel de poquísimas palabras y más de treinta años en el agua, entorna los ojos descifrando la oscuridad. Está claro: donde yo veo sólo noche cerrada, él ve cosas que nos van guiando a través del canal. Pronto, con los sacudones del barco, los estómagos de algunos (los ajenos a la tripulación propiamente dicha del guardacostas Canal Beagle de la Prefectura) empiezan a fallar.
Los primeros “pinchados” se refugian rápidamente en los dos baños que hay junto al comedor de suboficiales. Parece que las dosis de Dramamine no han surtido el efecto esperado… Dentro de un par de horas, con las primeras luces –que en el invierno fueguino aparecen recién a las nueve– estaremos llegando a Puerto Almanza, un pueblo mínimo en el último rincón de la patria. Pero todavía quedan un par de horas como para bajar a los camarotes a descansar.
AL SUR DEL SUR. Al sur de Tierra del Fuego y 75 kilómetros al este de Ushuaia, Puerto Almanza es un pueblo que está naciendo silenciosamente en lo más austral de la Argentina. Es, mejor dicho, un pueblito en el trance de nacer. Un lugar en el que hasta hace quince años, cuando llegaron sus primeros pobladores, había sólo una base de Prefectura –instalada en 1966– destinada a controlar los barcos pesqueros de la zona y brindar apoyo radioeléctrico a las embarcaciones que entraban o salían del Canal de Beagle, y que tras el derrumbe del 2001 se convirtió en el único destino posible para una veintena de personas que, repentinamente fuera del sistema, vieron su futuro en la pesca. Como en los viejos tiempos.
LOS PIONEROS. Nacido en el sur de Córdoba y de sangre suiza, Marc Remi (69) se crió en el campo y nunca pudo desprenderse de él. En su juventud, Marc viajó a Buenos Aires a estudiar Medicina, pero la aventura urbana le duró sólo tres años. Lo suficiente para enamorarse y casarse con Inger (63), una danesa a la que había conocido remando en el Tigre, y volverse lo más rápido posible al interior. Pasaron por Entre Ríos, San Luis y, en el 81, llegaron a Ushuaia, siempre administrando campos. En el 91, ya con sus hijos independizados, los Remi decidieron dedicarse a la cría de truchas y, por una cuestión de disponibilidad de tierras, propiedades y temperatura del agua, se trasladaron a Puerto Almanza, que en esa época era un paraje virgen.
Allí, a fuerza de picos, palas y motosierras –tuvieron que desmontar una buena cantidad de tierras, hacer un dique junto al río Almanza para proveer constantemente de agua dulce a las truchas– levantaron la Salmonera La Mata Negra, donde empezaron con unos pocos piletones y hoy producen y venden entre 6 y 9 toneladas de truchas por temporada. La tarde que llegamos a la casa de los Remi, Marc tiene una sonrisa estallándole en su cara tan europea. “En la última edición de la guía del ACA, La Mata Negra figura en el mapa”, nos explica con orgullo. “Para nosotros es muy importante. Esto lo construimos de la nada, con nuestras manos, y hoy es un punto destacado en los mapas”, dice Inger (63) refiriéndose a su salmonera, pero lo que dice bien se podría aplicar al pueblo entero.
PUEBLO CHICO. Porque así, con ellos, empezó Puerto Almanza, lugar que debe su nombre a un viejo aserradero que precedió al pueblo. Y más tarde, la crisis de 2001 sirvió para darle un nuevo impulso. Muchos pescadores ocasionales de centolla, centellón, mejillones, mariscos y moluscos, al perder sus trabajos en la ciudad, decidieron dedicarse full time a la actividad. Y como viajar diariamente desde Ushuaia es imposible, de a poco fueron construyendo sus cabañas. Hoy, la población fija de Puerto Almanza es de veinte personas. Entre las que hay sólo tres mujeres (Inger, la mujer de Remi, Norma, esposa de un pescador, y Teresa, que trabaja para otro pescador). El hombre más joven tiene 32 años. Y hasta ahora hay un cero por ciento de natalidad, y un cero por ciento de delincuencia. No es que se lo hayan propuesto, pero a esta altura, además del frío bajo cero, en Puerto Almanza deben ostentar varios récords…
Hay una calle principal –la única, continuación de la ruta 30– que bordea el canal y, yendo o viniendo, siempre de un lado el agua y del otro las cabañitas, que a veces se parecen demasiado a ranchos. Hay, además, dos generadores que funcionan doce horas cada uno y proveen de electricidad a los habitantes del lugar. Un kiosco –único negocio del pueblo– atendido por Norma Vargas. Y después, el resto es intemperie. No hay municipalidad, no hay hospital, no hay cementerio. No hay políticos, ni médicos, ni escuela, ni cybers, ni chicos, ni adolescentes, ni iglesia, ni tampoco templo evangélico. Hay, sí, antenas de Direct TV en algunos techos como para que el mundo no se convierta en algo demasiado irreal, y para ver el Mundial en estos días.

“Dos veces por año viene una ambulancia para tomar la presión, vacunar, dar una inyección contra la hepatitis y hacer un chequeo general. Y si te encuentran algo, te derivan al hospital de Ushuaia”, cuenta José María Barbona, un criador de mariscos que llegó al pueblo en el 2001 y se construyó una cabaña de madera. “Vivía en Río Grande, era comerciante. Tenía un negocio de compraventa ‘de lo que venga’. Vine cuando me enteré de que el gobierno estaba entregando espejos de agua para cultivar mejillones –sigue José María–. Mi mujer y mis dos hijos por ahora se quedaron allá. Vamos a ver cómo marcha esto”.
LA ESPERANZA. Cuando a Norma Vargas le salió el préstamo para comprar el departamento en Ushuaia y vio que su sueldo y el de su esposo no alcanzaban para pagar la cuota y sobrevivir, lo agarró y le dijo: “Vayámonos a pescar”. Norma era portera de una escuela como contraprestación de un plan social. Su esposo, Leo, nacido en Chile, trabajaba en un negocio de electricidad. Y la ecuación no les daba. Así que decidieron dejar a sus seis hijos en Ushuaia, a cargo de Mario –el mayor, de 20 años– y se fueron a Puerto Almanza, a pescar mariscos. A ganarse la vida. “Al principio dormíamos en una carpa y en la otra limpiábamos los mariscos que sacábamos. Para que no nos entrara humedad, debajo poníamos cartones. Teníamos un motor para la luz. Durante el día hacíamos comida en un fogón, como los indios”, recuerda Norma.
Recién después de un año, Norma y su esposo pudieron construirse una cabañita en tierras fiscales. “Al tiempo solicité en la Secretaría de Tierras un terreno. Gendarmería chequeó que no tuviera terrenos en otros lados y me dieron un lote”, cuenta. “Al principio, cuando me dieron las tierras, los pescadores de acá me tiraron mala onda. Les salió el machismo. Pero yo no tengo problemas. Me crié en el campo. Sé cortar leña con la motosierra, sé hacer muchas cosas…”, advierte.
Además, desde hace un año, Norma atiende el kiosco, que se llama Los Meltones. En stock tiene galletitas, fideos, centolla congelada, algunas veces pan casero, “pero lo que más sale son los cigarrillos y los vinos”, detalla. “A mí me gusta la tranquilidad –dice–. Me gustaría quedarme acá, disfrutar de mis hijos y mis nietos, andar a caballo… En el frente quiero hacer una casa con tres dormitorios y que ésta quede para los huéspedes. Esa es mi idea. Hay que ver qué pasa con el pueblo…”.

Anochece sobre Puerto Almanza y es difícil saber qué irá a pasar con este lugar. Con este pueblo que está naciendo, que está en ese trance. Acá, en el último confín de la Argentina, en la última frontera, quién sabe, quizá dentro de unos años algunas de las calles que se abran lleven el nombre de ellos, los primeros.









BAHÍA SAN SEBASTIÁN
Ubicada al norte de la isla de Tierra del Fuego, la Bahía de San Sebastián se encuentra enmarcada al norte por Punta Arenas (Punta Páramo) y al sur por el Cabo San Sebastián.
La bahía sirve de marco ideal para la actividad portuaria, concentrada en la Terminal Cruz del Sur a 75km de Río Grande, compuesta por cargaderos y planta de procesamiento de gas propano/butano. El objetivo principal de la actividad es la derivación del gas hacia Chile y la carga de petróleo al Buque Tanquero "Estrella Austral".
PUNTA PÁRAMO: EL SITIO DONDE SE ENCONTRÓ ORO
En plena bahía de San Sebastián , esta punta se encuentra ubicada a 105 Km. al norte de la ciudad de Río grande. Es una costa casi desierta, que termina en angulosos acantilados , que dan paso a estrechas playas.
Esta zona se hizo famosa porque fue la elegida por el polaco Julio Popper para instalarse e intentar la búsqueda de oro en toda esta bahía.
A principios de siglo XX logró despertar el interés en una región que como su nombre lo índica era un verdadero desierto.
Tengamos en cuenta que con el oro encontrado llegó a la instancia de acuñar sus propias monedas cuya leyenda mencionaba la “punta Páramo” como el lugar elegido para hacerse rico.
RESERVA COSTA ATLÁNTICA TIERRA DEL FUEGO
Ubicada a 53° 20´Latitud Sur - 68° 30´ Longitud Oeste, la Bahía San Sebastián está enmarcada en la Reserva Costa Atlántica Tierra del Fuego.
Como su nombre lo indica, la Reserva Costa Atlántica está compuesta tanto por la Bahía como por la zona costera al norte y sección sur de Río Grande.
Bahía San Sebastián - Tierra del Fuego
Con una superficie aproximada de 28.600 hectáreas, fue creada en Septiembre de 1995 como un área de reserva natural a partir de la cual se preservarán la ecología y la geografía del lugar.
Su geografía es variada, podremos encontrar las tierras costeras con importantes acantilados para luego transformarse en áreas de lomadas. La vegetación predominante es del tipo xerófila y se caracteriza la franja sur de 20km de longitud, con presencia de bosques de Notophagus.
La Bahía se encuentra emplazada en un antiguo valle glaciar, de forma semicircular de aproximadamente 900km² y de aguas pocos profundas; todos indicadores del pasado glaciario de la zona.
Es importante destacar su importancia en la conservación de aves playeras que encuentran aquí su lugar de asentamiento. Gracias a su importancia como lugar de descanso, se la ha catalogado como "Reserva Hemisférica" e incluida en la Red Hemisférica de Reservas de Aves Playeras.











lunes, 10 de agosto de 2015

Bahia Lapataia
Finalizando la Ruta Nacional 3 a pocos kilómetros de Ushuaia dentro del Parque Nacional Tierra del Fuego se encuentra Bahía Lapataia. Atravesando un bosque de lengas y coihues por un camino de ripio se llega a un claro que a diferencia de lo que se espera del fin del mundo contiene un microclima gracias al amparo que le da la Cordillera de los Andes.
Desde la costa se obtiene la vista de la margen opuesta de la bahía cerrada, la isla Redonda, el canal Beagle y la isla chilena Navarino. Se llega hasta la costa gracias a unas pasarelas de madera. La bahía es un lugar ideal para el avistaje de aves acuáticas como patos, cauquenes, chorlos, entre otros. Además se pueden ver animales difíciles de encontrar en otras partes del país.
Al norte de la bahía se puede llegar hasta Bahía Ensenada y en una caminata de aproximadamente 2 horas se puede llegar hasta el “Hito 24”, en el cordón Pirámide que marca el límite con Chile. Otra opción es visitar la cascada del río Pipo a la que se llega bordeando el río.

Bahía Lapataia se encuentra a 20 kilómetros al sur de Ushuaia. Sobre la margen izquierda del río Lapataia y el lago Roca hay campings y lugares para hacer picnics.






Retrocediendo el tiempo…antiguos habitantes de Tierra del Fuego…Los Onas

Los Selk'nam vivían en la Isla Grande; eran, con los Tehuelches, los indios más grandes de América, con 1,80 m de tamaño medio, y su fuerza física asombraba a sus visitantes europeos (en el siglo 17, el tamaño medio de los europeos rondaba los 1,65m), como a sus vecinos indios, quienes les temían bastante.Sobre todo eran cazadores, nómades, y a veces pescadores en los ríos. También solían compartir con los yamana a una ballena varada en una playa; en paz con los yamana en esa oportunidad, aprovechándose así de la grasa del animal. El guanaco constituía su principal fuente de carne, pero también cazaban aves y roedores. Y también se nutrían de cosecha de frutas y hongos.Su arma era el arco, el cual además de necesitar destreza requería ser fuerte, por su tamaño.En casi cada ocasión o actitud de la vida diaria se nota la fineza de sus costumbres social. Cuenta Lucas E.Briges : "Al carnear un guanaco, los onas generalmente dividían la res en seis pedazos para facilitar su transporte. Esta vez, Tamimeoat cortó el animal en tantos trozos como hombres y a cada uno le arrojó su parte. En cada caso, el beneficiado era el único individuo que no mostraba interés en este reparto ; simulaba estar arreglando el fuego o sacando sus mocasines, o mirando al vacío, hasta que otro miembro del grupo le llamaba la atención sobre el regalo recibido ; entonces él lo levantaba casi sin mirarlo, y sin demostrar ningún placer, lo ponía a su lado.
Talimeoat y Kaichin no se habían reservado ni un pedacito, ni siquiera el pecho, que siempre era considerada la porción del matador. Después de un rato, algunos de aquellos a quienes, quizás a propósito, se les había dado una porción mayor que a los demás, la dividieron con los afortunados cazadores. Entre los indios onas ése era el modo correcto de repartir la carne en tales circunstancias..."Aunque eran nómades, la Isla Grande había sido dividida en 39 'distritos', separadas por ríos, piedras, árboles,... distritos trasmitidos de padre a hijos, mientras una 'familia ona' viviendo en ese territorio podía alcanzar 120 individuos. Ese reparto instituía algo como la propiedad, y cada tribu normalmente no se iba de caza afuera de su propio distrito, sino a veces para hacer la guerra, o con un ceremonial muy preciso (o torneos de lucha).






domingo, 2 de agosto de 2015

Canal de Beagle en Tierra del Fuego
Canal de Beagle en Tierra del Fuego, Patagonia, Argentina
Constituido por un paisaje de bahías, islotes y una rica avifauna, el Canal de Beagle sobresale en la cartelera turística de la ciudad de Ushuaia arrogándose el prestigio de ser uno de los espacios más fantásticos de la zona. Navegable en la más amplia gama de embarcaciones, y sorprendentemente cambiante en cada una de las excursiones por sus deslumbrantes aguas, este canal es un espacio para disfrutar una y otra vez, sin límites ni resguardos.

Una escala maravillosa entre Ushuaia y el Canal de Beagle, es la Isla de los Pájaros, un extraordinario apostadero de lobos marinos y gigantesco nido de numerosas especies de aves. El trayecto cuenta también con una parada en el Faro Les Eclaireurs, donde el principal atractivo lo conforman los restos del Buque Monte Cervantes, hundido en el lugar en 1930.

Frente al Canal, y alzándose sobre la Bahía de Ushuaia, un antiguo hangar remodelado, sirve de escenario al espectáculo La Aventura del Beagle, el cual consiste en una interesante recreación artística del itinerario de Fitz Roy y Charles Darwin en estas distancias del territorio argentino. Música, efectos especiales, juegos de sombras, marionetas y una apasionante escenografía, consistente en una réplica del bergatín que llegó a estas tierras en 1831 trayendo a los exploradores, logran trasladar a los espectadores hacia mediados de Siglo XIX, haciéndolos sentir partícipes de aquellas travesías que se tornaron históricas. Una experiencia realmente imperdible para quien visita Ushuaia, el Centro Beagle invita también a degustar una deliciosa cena temática, donde nada es común ni cotidiano.

El Muelle Turístico desde el que parten las embarcaciones hacia el Canal de Beagle, se ubica en calle Maipú Nº 500 TEL: (02901) 15617078

Conflicto del Beagle
Se conoce como Conflicto del Beagle al desacuerdo entre la República Argentina y la República de Chile sobre la determinación de la traza de la boca oriental del canal Beagle, que afectaba la soberanía de las islas ubicadas dentro y al sur del canal, y al este del meridiano del cabo de Hornos y sus espacios marítimos adyacentes.
Los primeros antecedentes del conflicto datan de 1888, siete años después de la firma del Tratado de Límites, y en 1901 apareció el primer mapa argentino en el que algunas de las islas en cuestión fueron dibujadas bajo soberanía argentina. A pesar del pequeño tamaño de las islas, su valor estratégico entre los océanos Atlántico y Pacífico originó un largo conflicto entre ambos estados sudamericanos durante gran parte del siglo XX.
El conflicto se centró en la disputa por la soberanía de las islas e islotes íntegramente ubicados en el llamado «martillo del laudo», un polígono definido en el Compromiso de Arbitraje que ambos países firmaron en 1971, en el que se hallan ubicadas las islasPictonNuevaLennoxGratilAugustusSnipeBecassesGable y otros islotes. Se acordó someter la resolución de la disputa a la decisión de una corte arbitral que debía dar a conocer su fallo al gobierno del Reino Unido, que era el árbitro formal.
El laudo arbitral pronunciado en 1977 otorgó aguas navegables en el canal Beagle a ambos países y la mayor parte de las islas y de los derechos oceánicos generados por ellas a Chile, pero el gobierno militar argentino rechazó el fallo declarándolo «insanablemente nulo». Luego reactivó sus reclamaciones hasta el cabo de Hornos, incluyendo en la disputa a parte de las islas Wollaston y de las islas Hermite (Evout,BarneveltFreycinetTerhaltenSesambreDeceit e islotes adyacentes) y la parte oriental de la isla de Hornos,1 2 poniendo a ambos países al borde de una guerra.
El conflicto llegó a su punto culminante el 22 de diciembre de 1978 cuando las Fuerzas Armadas de Argentina se dispusieron a ocupar las islas en disputa, pero la intervención del papa Juan Pablo II evitó la guerra y condujo una mediación que llevó a la firma del Tratado de Paz y Amistad el 29 de noviembre de 1984, que solucionó el conflicto tras más de dos tercios de siglo de disputa. Tras una consulta popular, el gobierno argentino ratificó el tratado, al igual que el gobierno chileno.

En él se reconoce tácitamente la frontera trazada por el laudo arbitral en el canal Beagle que otorga las islas en la mitad norte del canal a la Argentina, y las islas en la mitad sur a Chile. Además el tratado fija un límite marítimo que reconoce a Chile sin nombrarlas todas islas distribuidas hacia el sur y sudeste hasta el cabo de Hornos. Otorgó además derechos de navegación a ambos países en casi toda la zona. Asimismo concedió a la Argentina la mayor parte del territorio marino en disputa proyectado hacia el Atlántico.






Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur

El Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur está ubicado en el Espacio para la Memoria y Derechos Humanos (Ex ESMA).

El edificio, que depende del Ministerio de Cultura de la Nación, es el primer museo del Estado Nacional que representa la memoria colectiva del pueblo argentino sobre las Malvinas.
Fue construido respetando las características de los museos modernos, interactivos y educativos. Cuenta con el claro propósito de rendir homenaje a los argentinos que entregaron sus vidas en defensa de las Islas, pero también de brindar al visitante información sobre la fauna y la flora malvinera, la cercanía geográfica y la extensión insular de Malvinas como parte de la topografía patagónica.
Al ingresar al predio, el visitante se encuentra con dos sectores claramente identificados: el Museo instalado en el edificio y un espacio abierto que representa, en agua, tierra y piedras, el contorno en sobre relieve de las Islas Malvinas y la silueta del ARA "General Belgrano", hundido por las fuerzas británicasdurante el conflicto de 1982. En el exterior, también se alza un imponente mástil con una gran bandera argentina.
En su sector interno, el edificio está estructurado en tres niveles, con diferentes salas temáticas que incluyen muestras audiovisuales -con soporte de tecnología LCD y táctil- objetos históricos, textos literarios, imágenes fijas, pinturas, cartas y documentos históricos, sonido ambiente, fotografías, mapas y planos, convirtiendo al Museo Malvinas e Islas del Atlántico Sur en uno de los más modernos y avanzados.
Además, en una sala especializada, los chicos podrán participar de experiencias lúdicas educativas, a través de tablets y pantallas interactivas.
El Museo puede visitarse de miércoles a viernes, de 9 a 17, y sábado, domingo y feriados, de 12 a 20.
Para visitas guiadas (son a las 11.30 y a las 15.30), escribir avisitasguiadas@museomalvinas.gob.ar.
La entrada es gratuita.

Contacto

Dirección: Av. del Libertador 8151, Ciudad de Buenos Aires
Teléfono: +54 (011) 5280-0750
Correo electrónico: 
contacto@museomalvinas.gob.ar
Sitio web: http://museomalvinas.cultura.gob.ar/